Caracas, 7 de
diciembre de 2015
Los procesos
sociales son paulatinos, progresivos, son producto de una serie de eventos y
subjetividades que coinciden en tiempo y espacio y que de repente cuando menos
lo piensas comienzan a verse cristalizados algunos cambios. El momento
histórico que vivimos ayer parece ser un ejemplo de esto, después de 16 años
parece haber un movimiento hacia una transformación colectiva, que permita
romper con un modo de hacer las cosas, un modo de entender al país y sus
ciudadanos. Y lejos de pensar que este es el fin de una historia, lo veo como
el comienzo de un proceso largo donde debemos asumir la responsabilidad de
fiscalizar a nuestros gobernantes, de ejercer la democracia más allá del voto.
De pensarnos de forma despolarizada e inclusiva, donde el otro sea parte de la
posibilidad del cambio y no mi enemigo.
Y entre
esas tareas pendientes está asumir el reto de formar a los futuros ciudadanos:
los niños y los adolescentes. La democracia se construye en el día a día, en la
relación con el otro y a través de la verbalización, de la explicación de los
procesos sociales que subyacen a los fenómenos que experimentan en su cotidianidad. Hay una investigación muy interesante que se hizo en la UCV, por el
profesor José María Cadenas, en los años 80, donde se les preguntaba a 81 niños
entre 7 y 13 años acerca de conceptos básicos de política. Entre estos
conceptos destacaban: Libertad, Venezuela, Gobierno, Estado, democracia,
presidente, entre otros. Entre las conclusiones que arroja aporta que la
precisión de los conceptos políticos de los niños se profundizan en la medida que tienen mayor edad, en tanto su desarrollo cognitivo es mayor. A su vez
propone que estos conceptos se forman a partir de la influencia de la familia y
la escuela, que son elementos esenciales del proceso de socialización política
del niño.
Partiendo
de estos hallazgos tan relevantes para el momento histórico que nos ocupa,
considero fundamental que en cada casa, en cada aula de clases se dedique un
espacio prudencial para discutir con los niños acerca del proceso sociopolítico
que ocurrió ayer. Propongo que nos paseemos por los siguientes puntos:
1)
División
de los poderes públicos en una sociedad: Poder ejecutivo, legislativo,ciudadano,
electoral y judicial
2) Funciones que debe cumplir cada
uno de esos poderes en un sistema democrático
3) Personas que conforman cada
poder.
4) La función de los ciudadanos en
la elección de los miembros de cada poder
5) Resaltar la función de regulación
que tiene cada órgano sobre el otro.
6) Rescatar la historia
contemporánea de Venezuela y el modo en que el poder legislativo desde un
momento determinado estuvo constituido solo por personas que tenían una sola
tendencia partidista.
7) Reflexionar acerca de las causas
de ese momento y cómo los ciudadanos fueron copartícipes de esa situación por acción y
omisión.
8) Reflexionar acerca de las
consecuencias de tener un poder legislativo que sólo favorezca al partido de
gobierno.
9) Continuar con la historia de la
Asamblea Nacional, hasta la actualidad.
10)
Discutir
acerca del rol ciudadano en esta nueva etapa donde se respete y se pueda legislar desde la pluralidad.
Esto
parece ser tan solo el comienzo de una larga discusión que podría abrir puertas
de intercambio, de diálogo democrático entre escuelas y familias, donde niños
y adolescentes se sientan protagonistas de una sociedad que necesita ser
pensada para ser transformada y construida. La formación de ciudadanos
responsables pasa por hacer memoria. Por hacer de la historia un devenir donde
quienes estamos en la calle seamos sus voceros y dueños. Me uno al sueño del
gran Paulo Freire quien en 1965, en su libro Educación como práctica de la libertad decía:
La
educación de las masas se hace algo absolutamente fundamental entre nosotros, educación
que, libre de alienación, sea una fuerza para el cambio y para la libertad. La
opción, por lo tanto, está entre una "educación" para la
"domesticación" alienada y una educación para la libertad.