jueves, 17 de marzo de 2016

La crisis toca mi puerta

Caracas, 12 de marzo de 2016

Juan A. Marcano C @juanmar92c 
Hospital Universitario de Caracas 
#Huc Mi paciente se murió porque no hay FUROSEMIDA#CrisisHumanitaria



Colita de rana
Si no sanas hoy
Sanarás mañana.

Cuando un hijo enferma el tiempo se detiene para sus padres. Nada importa más que ver al niño sano. Pilas de ropa sucia se acumulan al fondo del lavadero, platos sin lavar, no hay trabajo, no hay escuela. Como de la nada emergen energías titánicas y dejamos de dormir y hasta nos saltamos las comidas. Nada importa. Solo que baje le fiebre, cese el dolor, verlo sonreír de nuevo. Ver a nuestro niño feliz.

La enfermedad nos conecta con la inminencia de la pérdida, nos invita a ejercer nuestro rol de cuidadores en su nivel más extremo. Nuestros chiquitos son vulnerables. Esa energía vital que despiden cada día con sus juegos, sus travesuras y su quehacer diario, nos hace olvidar que son pequeños y que necesitan tanto de nosotros, de nuestros cuidados. Nos hace reconciliarnos con nuestros padres, quienes en momentos de sufrimiento pasaron noches en vela como nosotros, dándonos todo  el afecto y amor que estaba en sus manos , y quizás apelando a fórmulas que aprendieron, a su vez, de nuestros abuelos, de sus familias.

Nuestros temores más profundos quedan expuestos y confundidos en el dolor de nuestros pequeños. El de ellos, el nuestro… Allí es cuando nuestro médico, pediatra, surge como un mago maravilloso que nos tranquiliza, que le pone nombre y tratamiento a la dolencia. Nos dice: Hay camino, tranquilos, solo sigan caminando, esperando.

Hasta hace un año esto fue así, nuestra querida pediatra nos daba una solución y la medicina emergía como la solución que nos acompañaba en el camino de recuperación. Pero ahora es diferente, ya el mago se quedó sin parte de su magia, esas medicinas no se encuentran, ni siquiera las más simples: Acetaminofen, Ibuprofeno… De los más complejos, ni hablar: Amoxicilina, Cefixima, Monohidrato de cefadroxilo... Vacunas, antialérgicos, Budesonida, Salbutamol. Entonces, si  tienes a tu niño con temperatura de 39 grados centígrados, sabes lo que debes hacer. Corres a tu despensa y descubres que la reserva que tenías de acetaminofen se venció hace 6 meses. Sabes que si corres a las farmacias te mirarán con lástima y te dirán que hace meses que no llega. Apelas a los amigos cercanos, pero mientras tanto le tienes que dar el remedio vencido, a riesgo que no sea efectivo, que la temperatura no baje, pero es lo que tienes. Algún alma caritativa decide donar su reserva de medicina, pidiéndote que cuando la tormenta pase, se la puedas reponer. No quiere el dinero, necesita la medicina, ya el dinero no vale de nada. La fiebre persiste, la infección es importante, y solo ruegas que la reserva que tienes pueda aguantar hasta el final de esta jornada.

Solo quien ha pasado por esta hazaña sabe de lo que estoy hablando, logra entender la ANGUSTIA que supone transitar este camino de obstáculos y solo apelar a la buena fe de las personas queridas para sanar a tu pequeño. Y solo estoy describiendo la angustia por una fiebre, alguna infección menor; ni siquiera puedo imaginar el horror que puede pasar una madre o un padre cuando su niño tiene algún tipo de cáncer o enfermedad grave, que requieren de tratamientos sostenidos en el tiempo y muy costosos. Ni siquiera puedo imaginar el sufrimiento de ver a sus hijos agonizar lentamente sin tener alguna respuesta de nadie, en especial del Estado.

Este Estado está incumpliendo con sus funciones de garantizar el derecho a la salud de sus ciudadanos, en especial de los más pequeños. El artículo 41 de la Ley Orgánica de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes (LOPNNA) establece que:

Todos los niños y adolescentes tienen derecho a disfrutar del nivel más alto posible de salud física y mental. Asimismo, tienen derecho a servicios de salud, de carácter gratuito y de la más alta calidad, especialmente para la prevención, tratamiento y rehabilitación de las afecciones a su salud

 Y en su parágrafo Primero establece que:

El Estado debe garantizar a todos los niños y adolescentes acceso universal e igualitario a planes, programas y servicios de prevención, promoción, protección, tratamiento y rehabilitación de la salud. Asimismo, debe asegurarles posibilidades de acceso a servicios médicos y odontológicos periódicos, gratuitos y de la más alta calidad.

Y luego en el segundo establece que:

El Estado debe asegurar a los niños y adolescentes que carezcan de medios económicos el suministro gratuito y oportuno de medicinas, prótesis y otros recursos necesarios para su tratamiento médico o rehabilitación.

Y no solo incumple su función sino que niega la realidad para justificar su maltrato, su negligencia. Ya el mes pasado negaron las medidas preventivas por el desabastecimiento de medicamentos para niños,  demanda que fue introducida por Cecodap  ante el Tribunal Décimo Cuarto de Primera Instancia de Mediación y Sustanciación de Protección de Niño. Apelando al artículo 42 de la LOPNNA donde se establece que los padres también tenemos la responsabilidad de garantizar la salud de los niños.


Así de simple, no importa que usted como papá o mamá se haya paseado por todos los lugares recónditos del país, haya apelado a la buena voluntad de todos sus amigos y familia, haya tocado la puerta de todos los centros de salud posibles. Eso no importa, según este tribunal, el que usted no haya encontrado la solución es SU problema, no del Estado. Y si eso no fuese suficiente, establecen que no hay pruebas suficientes para que ni siquiera se tomen la molestia de investigar el gran número de menores que han fallecido por falta de medicinas y servicios de salud pública adecuados para solucionar su dolencia. Usted, yo, ninguno seremos una evidencia, un dato, si eso no beneficia a la imagen política del Estado. Tan simple y macabro como esto. Su muerte y la mía no importan. Importa la mentira institucionalizado como medio para sostener la revolución, el proyecto: Este GRAN fracaso llamado Chavismo.

Hasta el día de hoy se sigue esperando por una respuesta a la apelación. Oh si, hubo apelación, en Cecodap somos testarudos. Y es que a los derechos no se puede renunciar (Artículo 12, LOPNNA) y por tanto se necesita alzar la voz por aquellos que dentro de su dolor y confusión no logran hacerlo.  





Y quizás esta historia no fuese tan dramática si añadido a la negación de la situación de escasez de medicamentos por parte del Tribunal Décimo Cuarto de Protección del niño, se suma la negativa de los diputados del bloque oficialista (que apoyan al gobierno) de aceptar las donaciones de medicamentos e insumos de la Organización Mundial de la Salud y de particulares en el extranjero. Se negaron hace dos días, cuando se discutió en la Asamblea Nacional, la necesidad de decretar un estado de emergencia humanitaria debido a la crítica situación en la que se encuentra el sistema de salud en Venezuela. Esto, como una medida que permita aceptar ayuda humanitaria de otros países, lo cual permitiría comenzar a acceder, por lo menos, a algunas medicinas que son indispensables para garantizar no solo el estado de salud, sino la vida de muchas personas.


A estas alturas, este tipo de actuaciones por parte de los funcionarios del Estado, además de ser ridículamente proselitistas, son cómplices de un delito. Con sus acciones están avalando el incumplimiento de uno de los deberes máximos del Estado y están haciendo caso omiso a las alertas de emergencia que llegan de la “realidad”, de su “pueblo” , donde hay gente sufriendo, padeciendo cada día por la impotencia de no poder acceder a un derecho básico como la salud. Y que sabe que de no cumplirse este, se pone en peligro el derecho fundamental más importante de todos: La vida.



Mientras tanto seguiremos cantando para aliviar a nuestros pequeños y para acallar nuestros propios temores: 



Sana, sana 
Colita de rana 
Si no sanas hoy
Sanarás mañana. 


Ojala haya un mañana