viernes, 31 de marzo de 2017

Regresaron los niños de la calle

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Hemos tenido días revueltos (por decir algo) un suceso terrible sucede a otro de manera estrepitosa y anula, casi por completo el anterior. Pero en esta cadena de hechos dolorosos, no quisiera que se apagara la conmoción que generó el asesinato ocurrido en el Boulevar de Sabana Grande la semana pasada. Que los implicados sean unos niños de edades comprendidas entre 6 y 15 años es alarmante y llama a una reflexión acerca de la sociedad que se ha venido construyendo hasta ahora en Venezuela.


Por esta preocupación quise darle voz a una persona que tiene casi 30 años trabajando  con niños en situación de calle y cuando digo "con" es así de literal. Ella y su esposo fundaron una asociación llamada AsociaciónMuchachos de la Calle donde albergaban a niños que no tenían hogar y habían tomado la calle como lugar para poder vivir. Esta mujer es Deanna Albano* y su trabajo ininterrumpido, de la mano de su esposo Gustavo Misle, es una muestra de que hay familias que son capaces de dedicar su vida a construir espacios de vida para los más vulnerables.  


En el texto que les dejo a continuación titulado: Regresaron los niños de la calle, Deanna nos regala una mirada crítica, inteligente y sensible de un problema  que conoce muy de cerca.  

Regresaron los niños de la calle

Deanna Albano (Psicóloga)


En los años 90 en Venezuela se hizo evidente la presencia de niños y niñas en las calles  de las principales ciudades  como  resultado de la crisis de estructuras sociales y familiares,  y como  último eslabón de una cadena de pobreza, como símbolo de la exclusión de las instituciones tradicionales: la familia, la escuela,  los centros de atención, la comunidad. 


Los muchachos de la calle, el sector de la población más vulnerado en sus derechos  en cuanto a  educación y  servicios básicos,  pierde  oportunidades de formación y capacitación, y su nivel de escolaridad es muy bajo y por ende menos capacitado para el trabajo.   


En definitiva son niños  en  lucha por la sobrevivencia en un medio urbano,  y por ello  se ven obligados a recurrir a estrategias,  tan diversas que van desde la mendicidad hasta casos extremos como la ocurrencia de hechos ilegales, en la mayoría de los casos inducidos por adultos. Sin embargo,  desde un  punto de vista educativo todos conforman parte de los niños  ausentes,    en mayor o menor grado, del sistema escolar es decir que no están a cargo de ninguna institución para su  formación escolar es decir que no están a cargo de ninguna institución para su  formación e integración. (UNESCO, 1995:17)   


 En la calle un   “circulo vicioso”  rodea a estos muchachos, empezando por el adulto que lo induce a cometer delitos, la madre que le acepta el dinero y objetos para la casa, como la nevera que siempre soñó, sin preguntar el origen del dinero. El policía que le quita la mercancía o el dinero sustraído, y lo deja ir libre. El comerciante comprador de los objetos robados. El de la recuperadora de metales le compra los objetos y le paga con drogas. 


Cuando el muchacho es detenido, muchas veces sin entender el porqué, es recluido en una institución que no tiene talleres de formación laboral, no tiene espacios educativos, no tienen biblioteca y mucho menos personal especializado para atenderlo En esa institución son violados sus derechos a la salud, a la educación, al uso del tiempo libre. Y un elemento importante se olvida su condición humana.

El Estado intentó  abordar esta problemática, hubo  una considerable movilización de recursos humanos y financieros, los esfuerzos fueron visibles y notorios. En la década de los noventa hubo una explosión de acciones, intervenciones, proyectos, programas, planes de política social a favor de la infancia. Con el propósito de proporcionar un marco legal al niño y adolescente,  se promulgaron  leyes, surgieron  y se desarrollaron importantes contribuciones a la definición de políticas públicas para la protección de la infancia y la familia.  Igualmente  hubo una efervescencia de modelos de intervención.  Numerosos congresos, sobre los derechos de los niños, seminarios, foros, innumerables folletos, trípticos, videos, dieron cuenta de una gran cantidad de proyectos a favor de los niños de la calle. 


Sin embargo  la mayoría de estos programas no arrojaron los resultados esperados, algunos fracasaron u tuvieron que  reformular sus objetivos. El motivo fundamental fué la ausencia de  investigaciones que proporcionaran  la información necesaria para prevenir la situación de los niños  que hacen de la calle su forma de vida.  


Por otra parte  la  promulgada Ley Orgánica de Protección para el Niño y Adolescente (LOPNA 2000)  que si bien es bastante completa en su formulación,  y hay que reconocer que la LOPNA  representa un avance jurídico  incuestionable, sin embargo en la práctica sostenida a través de los últimos años, la situación  de la infancia y adolescencia y en especial de los niños de la calle y de los  niños trabajadores en la calle.


Si bien  el conocimiento de los niños en circunstancias especialmente difíciles aumentó, por otra parte  se acentuó la brecha entre la magnitud del problema y la capacidad de respuesta de los organismos competentes.


Pero además con  la primera reforma de la LOPNA, en 2007, se eliminó la participación de la sociedad civil, se aniquiló el Sistema de responsabilidad penal del adolescente, y  como consecuencia: no  mejoraron las condiciones que enfrentan los niños y adolescentes en conflicto con la ley, que requieren de una medida de privación de libertad. No  se garantiza un mejor trato para ellos de parte de las autoridades policiales y las mismas no están capacitadas para la atención a estos adolescentes.  No se cuenta con instituciones, locales y personal especializado para una adecuada atención de esta población y tampoco   se cumplen las medidas no privativas de libertad que establece la LOPNA.


Tampoco se asignaron recursos suficientes para atender con programas y proyectos no sólo a este grupo complejo en formación humana, sino que el resto de iniciativas para la prevención    con políticas educativas, sociales, asistenciales, recreativas y culturales,fueron desmanteladas en toda su concepción administrativa y jurídica.


Con la segunda reforma de la LOPNA en 2015 en lugar de fortalecer  el Sistema de Protección, sucedió todo lo contrario y se debilito mucho más, y lo más grave  se  esfumó la responsabilidad de un ente Rector encargado del diseño de politicas publicas a favor de la niñez, y mucho menos de evaluar los programas.


A lo largo de los últimos  años aparentemente disminuyó el interés hacia los niños de la calle, al cambiar de nombre hacia niños de la patriaEsta población perdió visibilidad, por la brutal represión de la policia y los muchachos se replegaron a los barrios. Aumentaron los homicidios de niños y adolescentes. 


En fecha reciente 19 de Marzo   un hecho lamentable acaecido en horas de la madrugada  en el bulevar de Sabana Grande,   cuando un grupo de niños y adolescentes   presuntamente involucrados  en la muerte de  dos funcionarios de la Guardia Nacional, fueron detenidos por las autoridades.


La adolescente supuestamente implicada fue reseñada por los medios impresos esposada y con la cara descubierta, contraviniendo lo establecido en el Articulo 65  de la LOPNA y vulnerando sus  derechos de privacidad. Lo más grave fue la falta de ética de  supuestos periodistas  al reseñar la noticias con infelices y desafortunados titulares.   El drama de los niños de la calle, convertidos por la prensa,  en sanguinarios victimarios,  irrumpió en la conciencia de la sociedad, ocupando múltiples espacios,  pero nadie se preguntó:

¿Dónde están esos programas gubernamentales que efectivamente encaucen a nuestros niños, niñas y jóvenes a ser verdaderos revolucionarios de la cultura de la paz, del progreso y no de la cultura de la muerte que los lleven a matar, a la delincuencia, a tomar las armas para defender una patria que los asesina cobardemente y los priva de la posibilidad de vivir?

Este pequeño grupo niños y adolescentes  privados de sus derechos a la vivienda, salud, educación,  a vivir en familia y ahora despojados de sus necesidades de un juicio justo y  sin derecho a la defensa, lamentablemente no serán atendidos por un personal especializado, ni serán referidos a una institución adecuada porque simplemente no existen. 


* Psicóloga.  Egresada de la Universidad Central de Venezuela en 1980.Doctorado en Ciencias Sociales (Falta la tesis). Trabajó en el Instituto Nacional del Menor  8años y Gustavo 10 años. Desde  1988 junto a Gustavo Misle fundaron la Asociación Muchachos de la Calle.

Está  vinculada a organizaciones de defensa de los derechos del niño y Adolescente. Ha escrito numerosos artículos sobre tiempo libre, ha realizado trabajos de investigación sobre niños de la calle, adolescentes en conflicto con la Ley.

Miembro de Sadarbol Sociedad Amigos del Sadarbol.

Ha recibido varios reconocimientos por su dilatada trayectoria. él último la Orden Josefa Camejo que les fue conferido por el Centro de Estudios de la Mujer, en la Universidad Central de Venezuela.

Libros:  Cocuyos enel Parque, El Papel y Su Magia, El sueño no es la calle (Todos disponibles en Amazon)


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