Hemos
tenido días revueltos (por decir algo) un suceso terrible sucede a otro de
manera estrepitosa y anula, casi por completo el anterior. Pero en esta cadena
de hechos dolorosos, no quisiera que se apagara la conmoción que generó el asesinato
ocurrido en el Boulevar de Sabana Grande la semana pasada. Que los
implicados sean unos niños de edades comprendidas entre 6 y 15 años es
alarmante y llama a una reflexión acerca de la sociedad que se ha venido
construyendo hasta ahora en Venezuela.
Por esta
preocupación quise darle voz a una persona que tiene casi 30 años
trabajando con niños en situación de calle y cuando digo "con" es
así de literal. Ella y su esposo fundaron una asociación llamada AsociaciónMuchachos de la Calle donde albergaban a niños que no tenían hogar y
habían tomado la calle como lugar para poder vivir. Esta mujer es Deanna
Albano* y su trabajo ininterrumpido, de la mano de su esposo Gustavo Misle,
es una muestra de que hay familias que son capaces de dedicar su vida a
construir espacios de vida para los más vulnerables.
En el
texto que les dejo a continuación titulado: Regresaron los niños de la calle,
Deanna nos regala una mirada crítica, inteligente y sensible de un problema
que conoce muy de cerca.
Regresaron
los niños de la calle
Deanna
Albano (Psicóloga)
En los años
90 en Venezuela se hizo evidente la presencia de niños y niñas en las
calles de las principales ciudades como resultado de la
crisis de estructuras sociales y familiares, y como último eslabón
de una cadena de pobreza, como símbolo de la exclusión de las
instituciones tradicionales: la familia, la escuela, los centros de
atención, la comunidad.
Los muchachos de la calle, el sector de la población más vulnerado en sus derechos en cuanto a educación y servicios básicos, pierde oportunidades de formación y capacitación, y su nivel de escolaridad es muy bajo y por ende menos capacitado para el trabajo.
En
definitiva son niños en lucha por la sobrevivencia en un medio
urbano, y por ello se ven obligados a recurrir a estrategias, tan
diversas que van desde la mendicidad hasta casos extremos como la ocurrencia de
hechos ilegales, en la mayoría de los casos inducidos por adultos. Sin embargo,
desde un punto de vista educativo todos conforman
parte de los niños ausentes, en mayor o menor grado,
del sistema escolar es decir que no están a cargo de ninguna institución para su
formación escolar es decir que no están a cargo de ninguna institución para su
formación e integración. (UNESCO, 1995:17)
En
la calle un “circulo vicioso” rodea a estos muchachos,
empezando por el adulto que lo induce a cometer delitos, la madre que le acepta
el dinero y objetos para la casa, como la nevera que siempre soñó, sin
preguntar el origen del dinero. El policía que le quita la mercancía o el
dinero sustraído, y lo deja ir libre. El comerciante comprador de los objetos
robados. El de la recuperadora de metales le compra los objetos y le paga con
drogas.
Cuando el muchacho es detenido, muchas veces sin entender el porqué, es recluido en una institución que no tiene talleres de formación laboral, no tiene espacios educativos, no tienen biblioteca y mucho menos personal especializado para atenderlo En esa institución son violados sus derechos a la salud, a la educación, al uso del tiempo libre. Y un elemento importante se olvida su condición humana.
El Estado intentó abordar esta problemática, hubo una considerable movilización de recursos humanos y financieros, los esfuerzos fueron visibles y notorios. En la década de los noventa hubo una explosión de acciones, intervenciones, proyectos, programas, planes de política social a favor de la infancia. Con el propósito de proporcionar un marco legal al niño y adolescente, se promulgaron leyes, surgieron y se desarrollaron importantes contribuciones a la definición de políticas públicas para la protección de la infancia y la familia. Igualmente hubo una efervescencia de modelos de intervención. Numerosos congresos, sobre los derechos de los niños, seminarios, foros, innumerables folletos, trípticos, videos, dieron cuenta de una gran cantidad de proyectos a favor de los niños de la calle.
Sin embargo
la mayoría de estos programas no arrojaron los resultados esperados,
algunos fracasaron u tuvieron que reformular sus objetivos. El motivo
fundamental fué la ausencia de investigaciones que proporcionaran
la información necesaria para prevenir la situación de los niños que
hacen de la calle su forma de vida.
Por
otra parte la promulgada Ley Orgánica de Protección para
el Niño y Adolescente (LOPNA 2000) que si bien es bastante completa en su
formulación, y hay que reconocer que la LOPNA representa un avance
jurídico incuestionable, sin embargo en la práctica sostenida a través de
los últimos años, la situación de la infancia y adolescencia y en
especial de los niños de la calle y de los niños trabajadores en la calle.
Si bien
el conocimiento de los niños en circunstancias especialmente difíciles aumentó,
por otra parte se acentuó la brecha entre la magnitud del problema y
la capacidad de respuesta de los organismos competentes.
Pero
además con la primera reforma de la LOPNA, en 2007, se eliminó la
participación de la sociedad civil, se aniquiló el Sistema de responsabilidad
penal del adolescente, y como consecuencia: no mejoraron las
condiciones que enfrentan los niños y adolescentes en conflicto con la ley, que
requieren de una medida de privación de libertad. No se garantiza un
mejor trato para ellos de parte de las autoridades policiales y las mismas no
están capacitadas para la atención a estos adolescentes. No se cuenta con
instituciones, locales y personal especializado para una adecuada atención de
esta población y tampoco se cumplen las medidas no privativas de
libertad que establece la LOPNA.
Tampoco se
asignaron recursos suficientes para atender con programas y proyectos no sólo a
este grupo complejo en formación humana, sino que el resto de iniciativas para
la prevención con políticas educativas, sociales,
asistenciales, recreativas y culturales,fueron desmanteladas en toda su
concepción administrativa y jurídica.
Con la segunda
reforma de la LOPNA en 2015 en lugar de fortalecer el Sistema de
Protección, sucedió todo lo contrario y se debilito mucho más, y lo más
grave se esfumó la responsabilidad de un ente Rector encargado
del diseño de politicas publicas a favor de la niñez, y mucho menos de
evaluar los programas.
A lo largo
de los últimos años aparentemente disminuyó el interés hacia los niños de la calle,
al cambiar de nombre hacia niños de la patria.
Esta población perdió visibilidad, por la brutal represión de la policia
y los muchachos se replegaron a los barrios. Aumentaron los homicidios de
niños y adolescentes.
En fecha
reciente 19 de Marzo un hecho
lamentable acaecido en horas de la madrugada en el bulevar de Sabana
Grande, cuando un grupo de niños y adolescentes
presuntamente involucrados en la muerte de dos funcionarios de la
Guardia Nacional, fueron detenidos por las autoridades.
La
adolescente supuestamente implicada fue reseñada por los medios impresos
esposada y con la cara descubierta, contraviniendo lo establecido en el
Articulo 65 de la LOPNA y vulnerando sus derechos de privacidad. Lo
más grave fue la falta de ética de supuestos periodistas al reseñar
la noticias con infelices y desafortunados titulares. El drama de
los niños de la
calle, convertidos por la prensa, en sanguinarios victimarios,
irrumpió en la conciencia de la sociedad, ocupando múltiples espacios,
pero nadie se preguntó:
¿Dónde están esos programas gubernamentales que efectivamente encaucen a nuestros niños, niñas y jóvenes a ser verdaderos revolucionarios de la cultura de la paz, del progreso y no de la cultura de la muerte que los lleven a matar, a la delincuencia, a tomar las armas para defender una patria que los asesina cobardemente y los priva de la posibilidad de vivir?
Este
pequeño grupo niños y adolescentes privados de sus derechos a
la vivienda, salud, educación, a vivir en familia y ahora despojados de
sus necesidades de un juicio justo y sin derecho a la defensa,
lamentablemente no serán atendidos por un personal especializado, ni
serán referidos a una institución adecuada porque simplemente no existen.
* Psicóloga. Egresada de la
Universidad Central de Venezuela en 1980.Doctorado en Ciencias Sociales (Falta
la tesis). Trabajó en el Instituto Nacional del Menor 8años y Gustavo 10
años. Desde 1988 junto a Gustavo Misle fundaron la Asociación Muchachos
de la Calle.
Está vinculada a organizaciones de
defensa de los derechos del niño y Adolescente. Ha escrito numerosos artículos
sobre tiempo libre, ha realizado trabajos de investigación sobre niños de la
calle, adolescentes en conflicto con la Ley.
Miembro de Sadarbol Sociedad Amigos del
Sadarbol.
Ha recibido varios reconocimientos por su
dilatada trayectoria. él último la Orden Josefa Camejo que les fue conferido
por el Centro de Estudios de la Mujer, en la Universidad Central de Venezuela.
Libros: Cocuyos
enel Parque, El
Papel y Su Magia, El
sueño no es la calle (Todos disponibles en Amazon)